Bomba de Aerotermia, aspectos importantes a tener en cuenta para reemplazar la caldera tradicional en nuestras viviendas. ¿Cómo funcionan?
Energía limpia, calor y frío, eficiencia y menos consumo
En lo que se refiere a la Aerotermia, se ha debatido largo y tendido sobre su funcionamiento. En resumen, podemos describir la aerotermia como un sistema que aprovecha la energía térmica presente en el aire para producir aire acondicionado, calefacción y agua caliente. Es una excelente alternativa para el autoconsumo de energía.
Estas innovadoras bombas de calor son altamente eficientes y consumen una cantidad significativamente menor de electricidad en comparación con las antiguas calderas que dependen de combustibles fósiles. Además, tienen la capacidad de proporcionar tanto calefacción como refrigeración para nuestras viviendas.
En la actualidad, la atención se centra en el impulso desde Europa para limitar el uso de las calderas y fomentar la adopción de bombas de calor en los hogares. Aunque actualmente se encuentran en pocas viviendas, ya existe una clara tendencia de cara al futuro. Por esta razón, es importante comprender cómo funcionan para calentar nuestros hogares y qué consideraciones debemos tener en mente.
Una bomba de calor con tecnología aerotérmica es un sistema eficiente para la calefacción y refrigeración que aprovecha la energía térmica del aire exterior para regular la temperatura en el interior. Este proceso se basa en un ciclo termodinámico que incluye la compresión y expansión de un refrigerante. En otras palabras, captura el calor latente presente en el aire o el agua y lo transporta al interior para su uso en calefacción, así como para proporcionar aire acondicionado. Su función principal radica en la absorción del calor latente durante los cambios de fase.
¿Cómo funciona?
La operación de una bomba de aerotermia involucra un proceso en cuatro pasos clave. En primer lugar, el evaporador extrae la energía térmica del aire exterior, incluso cuando está frío. Este componente absorbe el calor ambiental y lo transfiere al sistema.
Cuando el aire fluye sobre el evaporador, el refrigerante del sistema se encuentra en su estado más frío y absorbe el calor del aire, cambiando de líquido a gas. Posteriormente, el compresor entra en acción, comprimiendo el gas y aumentando su temperatura y presión.
El gas caliente generado se dirige al interior de la vivienda a través de conductos y unidades interiores, como radiadores, acumuladores de agua, o sistemas de suelo radiante. Aquí, el gas libera el calor previamente absorbido del aire exterior, calentando eficazmente la habitación o el agua durante el modo de calefacción.
Después de liberar el calor en el interior, el refrigerante se expande a través de una válvula de expansión, lo que reduce su temperatura y presión, preparándolo para capturar más calor del aire exterior. Durante el modo de refrigeración, el proceso se invierte, y la bomba de aerotermia extrae calor del aire interior y lo libera al exterior, logrando así enfriar el interior. Este ciclo versátil permite mantener el confort en una vivienda de manera eficiente.
Las claves a tener en cuenta
Lo primero a considerar al instalar una bomba de calor es que no se requieren desagües ni salidas de humos, al contrario de las calderas de condensación. Solo se necesita la aprobación de la comunidad de propietarios y la consideración hacia los vecinos. Además, hay dos tipos de bombas de calor: aire-aire y aire-agua. Ambas utilizan aire o agua para obtener energía sin combustibles como gas o petróleo, y suelen consumir menos electricidad en comparación con otros sistemas.
Es vital tener en cuenta que la eficiencia de una bomba de calor con aerotermia puede verse afectada por la temperatura ambiente y la orientación de la vivienda. Funcionan mejor en climas moderados o húmedos que en climas extremadamente fríos o secos. Con la aerotermia, la eficiencia energética puede ser hasta un 400% , lo que significa que por cada kWh de electricidad utilizado, se generan entre 3 y 4 kWh de energía calorífica. Además, su mantenimiento es más sencillo y tienen una vida útil de aproximadamente 25 años.
El sistema de aerotermia está compuesto por una unidad exterior similar en tamaño al aire AC clásico y por una unidad interior que tiene el tamaño de una nevera alta. A esto se le añade el suelo radiante, los radiadores o los fan-coils para hacer efectiva la climatización. El coste inicial puede ser mayor que otros sistemas y dependerá del tamaño de la vivienda y la potencia requerida. Consultar a un profesional es clave para elegir la bomba de calor adecuada.
El dimensionado de las bombas de aerotermia dependerá siempre de los m³ que hay que calentar, así como del clima en el que se encuentre la vivienda y el sistema de climatización final que se disponga (suelo radiante, fan-coils, radiadores…). Son sistemas compatibles con las placas solares fotovoltaicas que aumentarán considerablemente la eficiencia y reducirán el gasto. Para hacer los cálculos de kW necesarios es muy aconsejable hablar con un profesional y tener en cuenta que puede que necesitemos aumentar la potencia eléctrica contratada.
El coste inicial para realizar una instalación dependerá de algunos factores importantes. Es un sistema que requiere una inversión inicial más alta, pero ofrece unas prestaciones de ahorro considerables. En primer lugar, la bomba que necesitemos para cubrir las necesidades térmicas oscilará entre los 1.500 € y los 12.500 € a día de hoy. A eso hay que añadir la instalación y la puesta en marcha. Finalmente, si queremos poner un suelo radiante, un sistema de calefacción por aire con fan-coils, o con radiadores, tendremos que hacer frente a los costes de la obra.
Dado que la instalación de estos sistemas supone una mejora ecológica en nuestras viviendas, existen subvenciones que no sin una odisea de formularios y papeleos pueden aliviar la carga económica de la intervención. Hay que señalar que no te van a pagar la instalación completa, pero sí que son una ayuda y un incentivo más a tener en cuenta.
Resumiendo, una bomba de calor de aerotermia aprovecha el calor del aire exterior para dar calor y frío, ahorrando energía y cuida el medio ambiente, aunque el coste inicial puede ser más alto, a largo plazo ofrece beneficios económicos y ecológicos significativos si la comparamos con los sistemas tradicionales de climatización y ACS.